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Richard North Patterson, narrador:

"La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia."

Rudyard Kipling, narrador:

"Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad."

Gabriel Preil, poeta:

"La primera línea de un poema es un halcón que no deja escapar a su presa."

No quiero ser tu historia, quiero ser ese libro que nunca terminaras de leer

W. Somerset Maugham, narrador:

"Escribir con sencillez es tan difícil como escribir bien."

domingo, 16 de marzo de 2014

La Historia del Libro

Un video para compartir que narra a través de una voz suave y dulce los hechos que marcaron el camino del Libro, la escritura, la lectura y las bibliotecas, en la historia.


sábado, 15 de marzo de 2014

Historia de la Imprenta

Hijo soy de mis obras

Hasta 1449 y aun en años posteriores, los libros se difundían en copias manuscritas por copistas, muchos de los cuales eran monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. A pesar de lo que se cree, no todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablasen de medicina interna o de sexo[cita necesaria]. Las ilustraciones y las letras capitales eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos, podía durar hasta diez años.
Entre 1436 y 1450, se le atribuyo al inventor alemán Johannes Gutenberg la utilización de tipos móviles de metal no usados anteriormente para la reproducción de la escritura, pero no se sabe bien quien fue el primero en implementarlas. Investigadores aseguran que el primero fue el holandés Laurens Janszoon. Lo que se sabe con certeza es que Gutenberg construyó,  un aparato que logró fundir satisfactoriamente las letras metálicas que usó en sus primeros libros, con las cuales imprimió su famosa Biblia en 1455. A modo de anécdota podemos contar que debido a sus deudas, Gutenberg fue embargado y la imprenta que lo hizo famoso quedó en mano de sus acreedores, quienes con la venta de la Biblia aumentaron en cinco veces su inversión inicial.

Sin embargo, para muchos estudiosos Gutenberg, en realidad no inventó nada, mucho tiempo antes que él, los chinos habían desarrollado las técnicas de la impresión y de la fabricación de papel. Los orfebres ya sabían fabricar buriles y los viñateros de Renania ya utilizaban prensas con tornillo en sus vendimias. Pero todavía nadie había reunido estos distintos inventos. El ingenio del impresor alemán lo llevó a desarrollar un artefacto mecánico verdaderamente eficaz para la reproducción de los textos escritos. Así se puede considerar como el verdadero padre del libro moderno. Fuente (Fundación Educativa Héctor A. García)

El libro y las bibliotecas en España musulmana

Hijo soy de mis obras

En lo que respecta a la España musulmana, hubo abundancia de libros, fundamentalmente árabes pero también cristianos.  El libro en el Islam tiene un gran protagonismo, ya que esta religión se basa en un libro sagrado, el Corán.  El libro árabe no tiene ilustraciones figurativas, sino ornamentos abstractos. La caligrafía árabe, de gran belleza, se va haciendo cada vez más ornamental y se utiliza como motivo decorativo, combinándola con figuras geométricas y arabescos.

Las bibliotecas alcanzaran un desarrollo considerable en todo el Islam y también en Al-Andalus.



- Bibliotecas califales: los califas mantenían y enriquecían sus bibliotecas privadas. Contemplaban el libro como un objeto de lujo que formaba parte de sus riquezas. Los gobernantes musulmanes españoles poseyeron colecciones importantes en Sevilla, Almería, Granada, Valencia… Es muy sobresaliente la biblioteca que reunió en su alcázar de Córdoba el califa Al-Hakam II, con volúmenes traídos de Alejandría, El Cairo, Bagdad, Damasco, etc. También en Toledo, como centro transmisor de la sabiduría árabe a Europa, hubo grandes bibliotecas de libros árabes.

- Bibliotecas de mezquitas: por otra parte, las mezquitas y las escuelas coránicas adjuntas a ellas (madrasas) contaban también con bibliotecas. Las bibliotecas de las madrasas tenían algunos rasgos de biblioteca pública: permitían el préstamo a domicilio y tenían algo similar a una sala de lectura, con columnas y alfombras. El Corán se colocaba en el punto más alto y ningún libro podía estar encima del libro sagrado. Estas bibliotecas disponían de un catálogo y una clasificación temática.

- Bibliotecas particulares: por último, en Al-Andalus hubo también bibliófilos particulares, gente culta y religiosa que se cree que consiguieron reunir en sus casa miles de volúmenes.

 
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