domingo, 16 de marzo de 2014
La Historia del Libro
Un video para compartir que narra a través de una voz suave y dulce los hechos que marcaron el camino del Libro, la escritura, la lectura y las bibliotecas, en la historia.
sábado, 15 de marzo de 2014
Historia de la Imprenta
Hijo soy de mis obras
Hasta 1449
y aun en años posteriores, los libros se difundían en copias manuscritas por
copistas, muchos de los cuales eran monjes y frailes dedicados exclusivamente
al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y
nobles. A pesar de lo que se cree, no todos los monjes copistas sabían leer y
escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas
ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos
que hablasen de medicina interna o de sexo[cita necesaria]. Las ilustraciones y
las letras capitales eran producto decorativo y artístico del propio copista,
que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de
sus trabajos, podía durar hasta diez años.
Entre 1436
y 1450, se le atribuyo al inventor alemán Johannes Gutenberg la
utilización de tipos móviles de metal no usados anteriormente para la reproducción
de la escritura, pero no se sabe bien quien fue el primero en implementarlas.
Investigadores aseguran que el primero fue el holandés Laurens Janszoon. Lo que
se sabe con certeza es que Gutenberg construyó, un aparato que logró fundir satisfactoriamente
las letras metálicas que usó en sus primeros libros, con las cuales imprimió su
famosa Biblia en 1455. A modo de anécdota podemos contar que debido a sus
deudas, Gutenberg fue embargado y la imprenta que lo hizo famoso quedó en mano
de sus acreedores, quienes con la venta de la Biblia aumentaron en cinco veces
su inversión inicial.
Sin embargo, para muchos estudiosos Gutenberg, en realidad no inventó nada, mucho tiempo antes que él, los chinos habían
desarrollado las técnicas de la impresión y de la fabricación de papel. Los
orfebres ya sabían fabricar buriles y los viñateros de Renania ya utilizaban
prensas con tornillo en sus vendimias. Pero todavía nadie había reunido estos
distintos inventos. El ingenio del impresor alemán lo llevó a desarrollar un
artefacto mecánico verdaderamente eficaz para la reproducción de los textos
escritos. Así se puede considerar como el verdadero padre del libro moderno. Fuente
(Fundación Educativa Héctor A. García)
El libro y las bibliotecas en España musulmana
Hijo soy de mis obras
En lo que respecta a la España musulmana, hubo abundancia de libros, fundamentalmente árabes pero también cristianos. El libro en el Islam tiene un gran protagonismo, ya que esta religión se basa en un libro sagrado, el Corán. El libro árabe no tiene ilustraciones figurativas, sino ornamentos abstractos. La caligrafía árabe, de gran belleza, se va haciendo cada vez más ornamental y se utiliza como motivo decorativo, combinándola con figuras geométricas y arabescos.
Las bibliotecas alcanzaran un desarrollo considerable en todo el Islam y también en Al-Andalus.
- Bibliotecas califales: los califas mantenían y enriquecían sus bibliotecas privadas. Contemplaban el libro como un objeto de lujo que formaba parte de sus riquezas. Los gobernantes musulmanes españoles poseyeron colecciones importantes en Sevilla, Almería, Granada, Valencia… Es muy sobresaliente la biblioteca que reunió en su alcázar de Córdoba el califa Al-Hakam II, con volúmenes traídos de Alejandría, El Cairo, Bagdad, Damasco, etc. También en Toledo, como centro transmisor de la sabiduría árabe a Europa, hubo grandes bibliotecas de libros árabes.
- Bibliotecas de mezquitas: por otra parte, las mezquitas y las escuelas coránicas adjuntas a ellas (madrasas) contaban también con bibliotecas. Las bibliotecas de las madrasas tenían algunos rasgos de biblioteca pública: permitían el préstamo a domicilio y tenían algo similar a una sala de lectura, con columnas y alfombras. El Corán se colocaba en el punto más alto y ningún libro podía estar encima del libro sagrado. Estas bibliotecas disponían de un catálogo y una clasificación temática.
- Bibliotecas particulares: por último, en Al-Andalus hubo también bibliófilos particulares, gente culta y religiosa que se cree que consiguieron reunir en sus casa miles de volúmenes.
En lo que respecta a la España musulmana, hubo abundancia de libros, fundamentalmente árabes pero también cristianos. El libro en el Islam tiene un gran protagonismo, ya que esta religión se basa en un libro sagrado, el Corán. El libro árabe no tiene ilustraciones figurativas, sino ornamentos abstractos. La caligrafía árabe, de gran belleza, se va haciendo cada vez más ornamental y se utiliza como motivo decorativo, combinándola con figuras geométricas y arabescos.
Las bibliotecas alcanzaran un desarrollo considerable en todo el Islam y también en Al-Andalus.
- Bibliotecas califales: los califas mantenían y enriquecían sus bibliotecas privadas. Contemplaban el libro como un objeto de lujo que formaba parte de sus riquezas. Los gobernantes musulmanes españoles poseyeron colecciones importantes en Sevilla, Almería, Granada, Valencia… Es muy sobresaliente la biblioteca que reunió en su alcázar de Córdoba el califa Al-Hakam II, con volúmenes traídos de Alejandría, El Cairo, Bagdad, Damasco, etc. También en Toledo, como centro transmisor de la sabiduría árabe a Europa, hubo grandes bibliotecas de libros árabes.
- Bibliotecas de mezquitas: por otra parte, las mezquitas y las escuelas coránicas adjuntas a ellas (madrasas) contaban también con bibliotecas. Las bibliotecas de las madrasas tenían algunos rasgos de biblioteca pública: permitían el préstamo a domicilio y tenían algo similar a una sala de lectura, con columnas y alfombras. El Corán se colocaba en el punto más alto y ningún libro podía estar encima del libro sagrado. Estas bibliotecas disponían de un catálogo y una clasificación temática.
- Bibliotecas particulares: por último, en Al-Andalus hubo también bibliófilos particulares, gente culta y religiosa que se cree que consiguieron reunir en sus casa miles de volúmenes.
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